sábado, 15 de noviembre de 2008

Symphony of Everything (1ra Parte)

"Listen, my child, you say to me
I am the voice of your history
Be not afraid, come follow me
Answer my call, and I'll set you free

I am the voice in the wind and the pouring rain
I am the voice of your hunger and pain
I am the voice that always is calling you
I am the voice, I will remain"

Celtic Woman - The Voice


— Porque ya no soporto oír sus voces. Perdón, quisiera pero no puedo —Dije antes de marcharme.
Dejé a mis hermanos atrás y se alejó. Miré el camino que le esperaba por delante, jamás había visto sendero mas largo en su vida. Di el primer paso sabiendo que jamás llegaría al final.
Es frustrante tener que pagar por un crimen del que eres inocente —Pensé— Auque, sin duda, es más fuerte la sensación al asumir que tienes exactamente lo que mereces. No la cambiaria por nada.
¿Cómo será de ahora en adelante sin mi?
Me pregunté.
¡Que idiota! —Contestó para si mismo rápidamente— Obviamente, igual que siempre.
El primer día cuando llegamos. Los antiguos inquilinos ya se habían ido, supuse ya que el lugar estaba vació. Caminamos y caminamos, es gracioso que mis pies se hayan cansado en ese entonces. Mis pobres pies, creían que eso era verdaderamente dolor, ahora si que sabrán lo que realmente significa.
Mis hermanos estaban tan entusiasmados. Siempre lo están de hecho, solo que nunca a ese punto. Artista, siempre tan adorable, ya tenia lápiz y papel listos; pensando en los bellos dibujos que haría. Sabio, buscaba en sus bolsillos, calculando si tendría suficiente espacio para guardar todas las cosas que pensaba estudiar. Mediocre, el mas rápido como siempre de los cuatro, ya había encontrado un buen lugar para hacer un refugio y se preparaba para salir de excursión hasta mas allá de las montañas para buscar una buena zona con leña y comida.
En ese momento me creí un poco fuera de lugar. A diferencia de ellos yo nunca sabia que se supone que debía sentir en un momento así.
Nos acercábamos cada vez mas al centro. A lo lejos vimos lo que parecía ser la copa de un árbol, el mas grande de el lugar. Nos acercamos lentamente, no teníamos prisa. Subíamos por una pequeña colina y se revelaba cada vez un poco mas. No hubo sorpresa, tan solo la culminación, el estallido final de por fin llegar a donde te diriges. Pensar que nunca tendré otro igual.
Es lo mas hermoso que he visto —Dijo Artista mientras se sentaba dispuesta a comenzar su mejor obra.
¿Cómo habrá llegado a ser tan alto? —Se pregunto Sabio y se sentó a pensar en una roca cercana
Tiene frutos y da buena sombra —Exclamo Mediocre.
En mi caso, no lo se, lo podría definir como una suma de muchas cosas. Quisiera poder usar alguno de los adjetivos que ellos usaron pero pensé que no serian adecuados, suficientes o precisos. Sin embargo, me tome el atrevimiento de tomar un pasaje de el libro del buen Mediocre y me acosté a la sombra a descansar.
El viaje continua ¿Cuánto habré hecho ya? —Pregunté, dejando su recuerdo por un momento— Me muevo un paso delante de otro, cada uno me acerca mas a ella, cada uno y me siento como me devora lentamente. Insultaría al viento sino fuera porque estoy haciendo esto porque asi lo quise. Ese es siempre un predicamento muy molesto asociado a esta tontería de tener voluntad, no poder quejarse. Quisiera poder reposar, ahora ya no puedo. Bajo la sombra del gran árbol todo era tan perfecto, me senté ahí tanto tiempo. Horas, días, siglos, no lo se. Nunca me sentí tan bien como en aquel entonces, fue lo mas cercano a lo que llegare.
Mis hermanos se veían satisfechos, cada uno concentrado en su empresa —Continue hablando en voz alta sobre las memorias de aquel día— Nunca hablan mucho entre sí. Siempre lo hacen, en cambio, conmigo. Nunca entendí muy bien su alegría.
¿Por qué? Una pregunta muy valida, que extraño que nunca antes había cruzado por mi cabeza. Las preguntas correctas son como semillas. Crecen, se nutren, crecen mas y se ramifican. Quizás el árbol sobre el cual apoye mi espalda aquella vez nació de una. “Quien lo planto debió ser alguien con muchas inquietudes o muy importantes. ¿Como habrá llegado a ser tan alto sino?" Recuerdo que le dije a Sabio quien me contesto con una sonrisa codesendiente, como era habitual en el.
No es fácil comenzar a comprender, tus dudas comienzan a encontrar el camino. Es el desasosiego, algo que lucha contra todo lo que hasta ahora creías conocer. Al principio no existe un que, ni un como, es simplemente que algo no esta bien. Es la puerta de entrada a donde nadie mas puede seguirte, donde nadie quiere buscar. Fuera de el alcance de cualquiera. Es muy similar a caer dormido, nunca sabes exactamente cuando ocurre, cuando se produce el empalme. El afuera se convierte en el contorno de lo que era y como tal, podes ver lo vació que es por dentro. Es molesto al comienzo, te distraes muy fácilmente, todo esta tan lleno de ruido. Detesto el ruido. Lo irónico es creer que debes callarlo, por lo contrario, es cuando aprendes a aceptarlo que el silencio llega. Ese es un punto clave, donde no hay vuelta atrás.
El segundo paso es el enfrentamiento. Tratas de vencer por sobre todo, ya que como todo enfrentamiento, siempre hay un ganador. Los demonios son varios y siempre cambiantes. Los mas débiles se disfrazan de poder o de seguridad, son los mas fáciles de vencer. Algunos otros, con mas experiencia, lo hacen a veces de posesión y a veces de éxito. Los mas feroces y sanguinarios, se esconden bajo la mascara de la realización. Si quieres ganar, el miedo es un gran escudo contra ellos y el Ego la mejor de las armadura, nunca estarás tan protegido, pero a medida que la pelea continué te das cuenta progresivamente que hacen que tus movimientos sean torpes, te quitan agilidad, hacen que te canses demasiado rápido, hasta que finalmente tus piernas ya no pueden aguantar tanto peso. Las paciones son buenas espadas, lastima que son tan orgullosas. Se niegan a pelear juntas y no solo eso sino que, además, se niegan a hacerlo si consideran que el enemigo o la batalla no son dignos de ellas. No salen de su vaina. Hecho bastante irritante, por cierto. En lo personal, escogí el entendimiento. No es tan vistosa pero es afilada, sabe donde golpear y solo debes prometerle que si hieres a un enemigo con ella no debes parar hasta acabar con el, fuera de eso no tiene otras pretensiones.
Por ultimo esta el tercer paso, la nada. Un océano oscuro. No importa que tan fuerte grites, nadie va a escucharte. No importa a cuantos ayudes, seguirán habiendo mas. No importa a cuantos mates, siempre habrá alguien con quien luchar. No importa cuando construyas o destruyas, al final nada de eso permanece. No importa cuanto ames u odies, nada repercute en nadie. No importa cuantos corras, nunca llegaras a ninguna parte. No importa cuantas veces te ahogues, nunca escaparas. Hasta el hartazgo, hasta que estas exhausto. Buscas mas allá de tus fuerzas. Buscas algo, una diferencia, una pizca de originalidad en el medio de un mar homogéneo de caras haciendo morisquetas, que en el fondo son todas iguales. Escenas repetidas en donde solo cambian los filtros de colores. A la deriva, no había cielo, ni horizonte. Todo era demasiado igual para distinguir algo. Finalmente ya no sabia que mas hacer. No podía descansar, ya que si lo hacia me hundiría. Nadar era inútil. Decidí, finalmente, adoptar un estado de contemplación hasta que algo sucediera. No sabia como trascurría el tiempo, solo se que debió haber sido mucho cuando el tan esperado cambio llego.
— Hola —Escuché desde mi lado— Al girar la cabeza encontré a una pequeña que estaba flotando junto a mi. No destacaba de nadie, podría haberla pasado por alto si no me hubiera hablando. Cabello negro, como el agua en el que flotaba, y una expresión agradable no muy exagerada. Me miraba expectante, esperaba a que le contestara.
— ¿Quien es?
— No lo se —Me dijo— ¿Quien crees que soy?
— Hay muchas personas aquí pero no eres como ellos —Contesté.
— Ni tu ¿O si?
— No eres como yo tampoco. ¿Por qué estas aquí?
— Siempre estuve aquí, este es mi hogar —Contestó ella— ¿Y Tú?
— Porque busco respuestas.
— Como todos, eso no te hace muy diferente a ellos —Dijo mientras señalaba los rostros de los otros— Por lo menos a ti te importa, eso es un buen comienzo pero no basta.
— No me gusta este lugar —Le dije.
— Es aceptable a comparación de lo que te pasara si sigues adelante ¿Por qué no te gusta?
— Porque nada tiene sentido aquí.
— ¿Acaso lo tiene de donde vienes? ¿Qué es lo que no puedes hacer aquí que puedes allá?
— ¿Qué importa hacer algo si nada va a cambiar?
— ¿Y qué? ¿Quieres hacer algo? Hazlo —Contestó.
— ¿Con qué objeto?
— Buena pregunta. Cuando encuentres la solución, di mi nombre y te mostrare hacia donde debes ir.


Continuara...